Os informamos que se ha presentado un escrito a la institución del Defensor del Pueblo solicitando su intervención y amparo ante la inacción del Ayuntamiento a todas las suplicas que les hemos hecho en relación al deterioro y transformación que ha sufrido, en los últimos doce años, la fiesta típica de nuestro barrio.
En dicho documento le informamos que el Ayuntamiento no nos ha respondido a ninguno de los escritos que, al respecto de este asunto, le hemos presentado por Registro. Y que, por lo tanto, solicitamos la actuación de una instancia superior y objetiva.
Os trasladamos algunas de las partes literales del escrito:
La Asociación de Vecinos las Cavas y Costanillas, con CIF G-85724128, presenta ante el Defensor del Pueblo la siguiente queja contra el Ayuntamiento de Madrid con motivo de la organización de las Fiestas de La Virgen de la Paloma: Las molestias que se ocasionan a los vecinos atentan contra sus derechos, son totalmente desproporcionadas, resultan innecesarias para dar cumplimiento a la tradición e incluso desvirtúan el objetivo de la fiesta. De manera arbitraria, el Ayuntamiento extiende las actividades molestas para los vecinos a un área mucho más amplia que la que define para el recinto ferial.
Al respecto, cabe señalar lo siguiente:
a) La tradición de las fiestas de La Paloma era la de una verbena popular de barrio, es decir, se organizaban casetas, columpios y bandas de música en las calles más anchas (Gran Vía y Carrera de San Francisco) y en las plazas del barrio, y se celebraban unas fiestas muy apegadas a la cultura madrileña con cintas, chotis, pasodobles y representaciones de danzas y de actuaciones músico-vocales. Esa tradición se sigue en la mayoría de los barrios madrileños y, en el nuestro se ha cambiado por un supermercado de bebida al aire libre en la mayoría de las pequeñas calles de nuestro barrio.
b) Resulta difícil considerar “zona acotada” al recinto ferial que el Ayuntamiento impone para estas fiestas. Como se comprueba a través de lo expuesto más arriba, en ningún lugar especifica el Ayuntamiento qué calles quedan englobadas, ni siquiera cuando se le solicita información por parte de los vecinos. De este modo quedan encerradas dentro del recinto ferial manzanas enteras de viviendas, sin que sus habitantes hayan sido consultados ni informados, con las graves consecuencias que esto les acarrea.
c) No se puede considerar que el mantenimiento de este emplazamiento cuente con aceptación vecinal suficiente. El Ayuntamiento recibe todos los años numerosas quejas de los vecinos durante las fiestas: llamadas al 010, llamadas a la Policía Municipal, reclamaciones presentas por vía electrónica, etc. La Asociación de Vecinos las Cavas y Costanillas forma parte de la Comisión de Fiestas, a cuyas reuniones acude regularmente, año tras año, con el fin de solicitar que se reduzcan las molestias a los vecinos. A esto hay que sumar los vecinos que padecen la situación en silencio y, sobre todo, la gran mayoría de vecinos que, conocedores de la situación, todos los años se marchan de vacaciones en estas fechas de manera forzosa.
Las consecuencias de que nuestras viviendas queden englobadas en el recinto ferial (o zona afectada por las fiestas) son las siguientes:
1) Ruido atronador generado por los aparatos de música (aunque hay que decir que, por primera vez, este año, el Ayuntamiento ha obligado a la instalación de un unificado sistema de sonido para todos que ha evitado la “lucha” de canciones) instalados en la calle por los locales de ocio, junto con el griterío de cientos de personas cantando al unísono. Este ruido se prolonga hasta bien entrada la madrugada, durante 4 o 5 días seguidos, sean laborables o festivos. El ruido es de tal magnitud que no sólo resulta absolutamente imposible conciliar el sueño sino que en buen número de viviendas también resulta imposible desarrollar una vida familiar normal por la tarde-noche. El problema se ve agravado por la necesidad de mantener las ventanas abiertas en esta época del año en caso de no disponer de aire acondicionado, aunque en la mayoría de las ocasiones es irrelevante si se tienen abiertas o cerradas. Una vez cesa la música, todavía persisten los ruidos generados por la recogida de mesas y sillas, así como los provocados por las personas que aún deambulan por la zona, muchas en estado de embriaguez. A las pocas horas, hay vecinos que deben levantarse para ir a trabajar.
2) Enormes cantidades de basura, que queda esparcida por la vía pública. Las brigadas de limpieza municipales recogen todas las mañanas toneladas de basura. Antes de que esto ocurra es difícil salir de casa.
3) Prohibición de aparcar nuestros vehículos en la mayoría de las calles.
4) Imposibilidad de acceder en coche a nuestras viviendas entre las 18:00 y las 3:00 horas, aproximadamente. Esto es especialmente grave para las personas con movilidad reducida.
5) Obstáculos que obstruyen totalmente las aceras e incluso la calzada, como son mesas, sillas y barras de bar. Suponen un serio inconveniente para los invidentes y personas de movilidad reducida.
6) Serias dificultades para que lleguen los servicios de emergencias en caso de necesidad. Todo el entramado de calles está ocupado por el público asistente, sillas, mesas, etc.
7) Espectáculos poco edificantes, especialmente para los niños, provocados por el papel central que se concede al consumo de alcohol durante las fiestas. Su gran consumo se acompaña, además, por el de otras drogas, como hachís y cocaína.
8) Fuertes olores generados por las casetas de los feriantes al freír los diversos alimentos que despachan. El problema se ve agravado por la necesidad de mantener las ventanas abiertas en esta época del año en caso de no disponer de aire acondicionado.
9) Insalubridad pública por la permisividad manifiesta con la connivencia del Ayuntamiento y la policía municipal al no luchar eficazmente con la costumbre de los últimos años de orinar en la vía pública que crece exponencialmente en estos días de incentivación del consumo de alcohol y borracheras.
En definitiva, se puede afirmar que la zona resulta inhabitable durante las fiestas y que se nos priva a los vecinos del derecho a disfrutar de nuestras viviendas.
Consideramos que el Ayuntamiento vulnera totalmente el derecho al descanso de los vecinos.
Por todo ello, pedimos que se inste al Ayuntamiento de Madrid a adoptar una de las siguientes medidas:
1. Celebración de las fiestas de la Virgen de la Paloma en una “zona libre, en un espacio abierto, de fácil acceso y comunicación, en el que la instalación tenga poca incidencia en el tráfico y no atente contra la higiene, tranquilidad y seguridad de los usuarios y del vecindario”.
2. Reducción drástica de las molestias generadas a los vecinos en el emplazamiento tradicional, incluyendo el cese de las actividades a las 0:00 horas todos los días y limitándolas al recinto ferial oficialmente declarado.
Os mantendremos informados de las comunicaciones que recibamos de la Institución del Defensor del Pueblo.